Construimos nuestra primera compostera en El Campillo de Julia. Con el estiércol de las ovejas, los restos de la elaboración de aceite y restos de poda, producimos un compost para mejorar la productividad a largo plazo del cultivo.

Compramos el Verger de Alicia, una nueva finca de cítricos, granadas y caquis.

Lanzamos 2 nuevos insectarios para intentar parar la plaga del Cotonet que afecta a nuestros naranjos. Es una plaga que no nos preocupa excesivamente porque sólo afecta a la estética de la fruta pero que si no la controlas puede llegar a matar los árboles.

Quitamos el plástico de todos nuestros envases y empezamos a trabajar con el papel engomado para precintar nuestras cajas y así mejorar la calidad de los envíos.

Iniciamos el proyecto de olivos en El Campillo de Julia. De la mano de nuestro amigo elaiologo Miguel Abad formamos un equipo para empezar a cultivar olivos en una finca agrícola con más de 500 años de historia. De estas oliveras obtenemos la aceituna para producir nuestro aceite de oliva virgen extra. Poco a poco hemos ido reformando la casa para acoger a las personas que adoptan un olivo con nosotros.

En el huerto de naranjos montamos el primer insectario para criar insectos que nos ayuden a controlar las plagas sin romper el equilibrio natural.

Conseguimos trasladar nuestra forma de cultivo también a nuestra forma de envío, evitando los plásticos de nuestros envases y cajas.

Arreglamos el molino para sacar parte del agua gracias a la ayuda del viento.

Proyecto Oasis: hacemos un plan de plantación de semillas con dos objetivos. Por un lado conseguir que nuestras abejas obtengan polen y néctar durante todo el año. Por otro lado estas plantas aportarán nitrógeno y harán nuestro suelo más fértil.

Nuevos agricultores se unen al CrowdFarming (www.crowdfarming.com) permitiendo que ciudadanos de todo Europa puedan adoptar o plantar árboles de agricultores de cualquier parte del mundo.  

Objetivo cumplido: el huerto abandonado del año 2010 se ha convertido en un huerto lleno de vida. Donde había árboles muertos hay naranjos recién plantados. No sólo eso: el CrowdFarming ha permitido cutivar los naranjos bajo demanda y evitar por completo el desperdicio de naranjas. Todos los naranjos tienen un dueño que lo mantiene y que cada temporada espera la maduración de su cosecha.

El 16 de Septiembre 2017 nace Sofía Úrculo, la siguiente generación, asegurando (si ella quiere) el futuro de Naranjas del Carmen.

Gabriel regala un burro a Sofía que bautizan con el nombre de “Camilo”. Su relación con los perros al principio no es buena pero al cabo del tiempo acaban haciendo migas.

Inicio del Crowdfarming de abejas. Más de 200 personas adoptan una colmena de los campos de “EL Carmen”. Gracias al Crowdfarming se consigue aumentar la población de abejas en más de 12 millones.

Se cuelga un cartel a más de 1000 árboles con el nombre elegido por sus dueños. Cada árbol es fotografiado una vez al año para que sus dueños puedan seguir su evolución.

Además de a Gabriel y a Gonzalo, Naranjas del Carmen da empleo a 10 personas más. Preparan una zona para huerta. Empiezan a cultivar fruta y verdura típica de la huerta valenciana mediterránea. Van combinando cultivos de hortícolas según la estación del año. En invierno predominan las alcachofas, los brócolis, coliflores y colinabos. En verano se cultivan tomates, melones y sandías.

Gracias a un familiar enólogo, comienzan la andadura vinícola de la mano de una pequeña bodega valenciana. Apuestan por un vino tinto a base de una fantástica y autóctona uva valenciana: la uva bobal.

Este año se lanza el Crowdfarming, una idea en la que Gabriel y Gonzalo llevaban años trabajando. Los naranjos se van plantando por encargo de las familias que les piden naranjas. A cada naranjo se le cuelga un cartel con el nombre escogido por su dueño.

Ya son 4000 familias las que confían en el equipo de Naranjas del Carmen para cultivar y recibir sus naranjas.

Gonzalo: “Nuestra forma de trabajar cambió de la noche a la mañana. Ya no sólo producíamos naranjas sino que debíamos cultivar y cuidar de cada árbol como si fuese el único. Cultivar cada árbol sabiendo que alguien esperaba su cosecha nos motiva a hacer mejor nuestro trabajo”

Primera producción del aceite de oliva virgen extra ecológico en Altura (Castellón), pueblo de dónde procedía parte de la familia de su abuelo. El aceite proviene de olivos de la variedad arbequina.

Comienzan la renovación de los naranjos arrancando árboles muertos y preparando los terrenos para nuevas plantaciones.

Gracias al boca a boca consiguen enviar sus productos a más de 1000 familias en Europa. Muchas de estas familias vienen a visitar su huerto y conocer la cuna de las Naranjas del Carmen.

Se colocan las primeras colmenas de abejas a Naranjas del Carmen gracias a la amistad que hacen con los hermanos apicultores Jose y Miguel Conchilla. Las abejas les ayudan a polinizar las flores de azahar de sus naranjos y descubren la auténtica miel de azahar directa del panal. Los Úrculo deciden crear en "El Carmen" un oasis para las abejas y comenzar la producción y venta de miel de azahar.

Ya son 500 familias las que piden sus naranjas y que ahora también piden miel de azahar.

Gabriel: “Hemos conseguido crear un oasis para las abejas. No usar herbicida tiene una triple recompensa: no contaminas la tierra de la que se alimentan los naranjos, dejas crecer plantas que mantienen la fauna de insectos en equilibrio y que además poseen una gran cantidad de polen para las abejas”

Después del primer año a cargo del huerto de su abuelo y una primera cosecha desastrosa, mal vendida a los intermediarios, los hermanos crean Naranjas del Carmen para intentar vender sus naranjas directamente a quien se las fuese a comer.

Gabriel diseñaba la web y hacía los pedidos mientras que Gonzalo recolectaba las naranjas y se encargaba del transporte. Durante la primera temporada de la web consiguieron vender, recolectar y enviar sus naranjas a 150 hogares, principalmente a familia, amigos y amigos de amigos.

Gonzalo: “La primera caja creo que nos la compraban por compromiso y porque éramos muy pesados. Estábamos todo el día hablándoles de naranjas. Pero cuando nos pedían la segunda o tercera caja nos empezamos a creer que quizás también notaban la diferencia”

Gabriel (28) y Gonzalo (25) deciden dejar sus trabajos para recuperar el huerto de su abuelo que estaba abandonado con más de la mitad de los árboles muertos. Lo hacen en un momento de crisis económica en España y con los precios que recibían los agricultores por sus cosechas por los suelos.

Consiguen un crédito para comprar un nuevo tractor y renovar el sistema de riego de los árboles.

Con la ayuda de sus hermanos pequeños (Fernando y Patricia), sus padres y amigos consiguen volver a poner el huerto en marcha.

Fallece el abuelo Fernando a la edad de 83 años. Sus nietos heredan el huerto pero aún son demasiado jóvenes y no pueden hacerse cargo. Gabriel y Gonzalo Úrculo Alvarez-Ossorio estaban aún en la escuela y pronto empezarían la universidad. 

Fernando Alvarez-Ossorio, compra la "Masia el Carmen" en Bétera (Valencia) y empieza a plantar los primeros naranjos. En las décadas de los setenta, ochenta y noventa el cultivo de la naranja vive su época dorada en España. De un pequeño huerto de naranjos podía vivir una familia entera.