Convivir con una nueva plaga

¿Qué es y cómo nos afecta el Delottococcus aberiae o cotonet de Sudáfrica? Es un insecto que llegó de Sudáfrica por la falta de control de las importaciones de naranjas y que está provocando daños a los cítricos y pérdidas económicas a los agricultores.

En Europa fue detectado por primera vez en 2009. La falta de depredadores naturales en nuestro continente ha permitido a esta plaga extenderse con facilidad entre los campos de naranjas. 

¿Qué daño nos está provocando el cotonet de Sudáfrica?

Por ahora sólo nos está provocando un defecto en la forma de las naranjas. Cuando las naranjas están en fase de crecimiento, multiplicando sus células de forma diaria, el cotonet se coloca en el pedúnculo y cría allí impidiendo al fruto crecer de forma correcta.

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El daño lo producen tanto como larvas (machos y hembras) como adultos (hembras) que  se alimentan del floema del fruto decolorándolo y deformándolo.

El control poblacional es muy complicado de realizar, e incluso de preveer, ya que las hembras ponen ovisacos que literalmente explotan liberando cientos de larvas.

¿Cómo lo estamos controlando?

Nuestra filosofía de cultivo no pasa por eliminar las plagas sino por entender sus dinámicas y cuáles son sus enemigos naturales. Nuestro objetivo es controlar la población con el uso de otros insectos. Es la plaga que más estamos estudiando aunque reconocemos que aún no conocemos bien sus dinámicas de comportamiento. 

Hemos construido un insectario para criar Cryptolaemus que ha demostrado ser un enemigo natural. El año pasado hicimos sueltas de Cryptolaemus adultos pero no fue muy efectivo porque no se quedaban en la zona donde teníamos los frutos infestados. Este año vamos a probar con Cryptolaemus en estado de larva localizándolos en los propios frutos donde veamos la plaga.


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En el Verger de Alicia esta primavera se consiguió controlar la población con tratamientos a base de microorganismos (principlamente hongos) que colonizaron la plaga. Sin embargo, la semana pasada que estuvimos haciendo conteos, vimos que su presencia no dependía de las zonas en que se hicieron tratamiento o se soltaron sus enemigos naturales. Lo que está claro es que prefiere los naranjos a los clementinos, seguramente porque el tamaño de fruto se adecua mejor a su ciclo. 

Al final contra una plaga como esta la solución única no existe, sino que pasa por intentar adaptarse a su ciclo, entender su comportamiento, e ir probando qué acciones surten mejor efecto en uno u otro momento. Ahora estamos realizando conteos de población para identificar qué es lo más efectivo.

Reflexión

Traer fruta de países lejanos no sólo produce un daño medioambiental en término de huella de carbono sino también en términos de plagas como esta que se extienden rápidamente por la falta de enemigos naturales.

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